miércoles, 15 de febrero de 2012

De como empezaron algunas cosas (III)

Una de las Maquinas de Daniel Puglie (uno de los maestros)
   Dentro del esquema productivo que manejabamos, aún los que hacíamos agricultura permanente, el cuidado del suelo y sus nutrientes era preocupación permanente. Veníamos evolucionando de la labranza convencional hacia la labranza vertical, con incorporación de los rastrojos al suelo, barbechos largos. La rotación se había ido estrechando por razones de mercado a trigo-girasol (no está demas recordar que teniamos un precio internacional del trigo que rara vez llegaba a los 100 U$S  oscilando generalmente alrededor de los 90U$S, o sea que habia que arreglarse con lo que habia.
  Los contenidos de nitrogeno y fósforo en suelo eran monitoreados con frecuencia mediante análisis para ir graduando la fertilización dentro de límites economicamente soportables.
  El nitrógeno es uno de los elementos mas abundantes en la naturaleza (el 78% del aire que respiramos es nitrogeno) pero el hecho es que no todas sus formas están disponibles para la raíz de la planta. Debe ser en forma de nitratos y sus fuentes son principalmente dos. Las leguminosas, que por bacterias que viven en simbiosis con éstas (rhizobium) toman nitrógeno del aire y lo fijan como nitratos en el suelo, dejandolos disponibles para el cultivo posterior. La otra forma biológica es la descomposición de los residuos de la anterior cosecha por parte de los microorganismos que viven en el suelo.
   Hay una tercera via, que es el agregado de fertilizantes quimicos nitrogenados (Urea sintética), pero a eso hay que comprarlo, y en aquellos tiempos no era de producción local, por lo que su importación lo hacía bastante caro.
   Por lo tanto dentro del Grupo empezamos a explorar la posibilidad de cultivar leguminosas. La soja era ya muy conocida en el norte, pero habia que ver que pasaba en nuestra zona. Dentro del grupo habia uno que había ensayado cultivar arveja, con aceptable resultado económico, pero la cosa no daba para una escala mas grande. Por lo que sin dejar de ver que pasaba con la arveja, (y comer unos buenos guisos con arveja fresca) nos dedicamos a ver que pasaba con la soja.
  Como ya dije, los Maquinistas Cordobeses tenían una experiencia que nos fue entusiasmando, al margen de los estudios que realizaban nuestros Tecnicos y que analizabamos con mucha atención.
  Cabe recordar aqui que cuando nosotros hacíamos esos análisis y acopio de datos e informaciones, la soja NO era transgénica, sino varietal y el glifosato una curiosidad carísima que se vendía de a un litro en las agronomías para aplicaciones muy puntuales.
  Pero se llegó a un punto en que todo lo estudiado y analizado habia que ponerlo en práctica, y para eso se desarrolló dentro del Grupo algo que yo rescato como uno de sus logros mas importantes. Un accionar colectivo en que todos tuvimos parte en la inversión y todos tendríamos igual parte en el beneficio.
  Pero eso lo vamos a desarrollar en la próxima.

Antonio (el Mayolero)

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