lunes, 26 de febrero de 2018

Aquellas cosechas de antes (Cuarta parte: De camioneros y pistines)

Imagen relacionadaSiguiendo la huella abierta por Don Francisco Muñiz de quien ya escribimos antes, y la imparable marcha del progreso, otros camioneros y otros camiones se fueron incorporando al movimiento de las cosechas. La fábrica Istilart comenzó la fabricacion de acoplados, en un principio con rodado simple, y luego incorporando las duales, con lo que la capacidad de carga de aquellos camiones se fue incrementando. Pocos años despues de terminada la Guerra, algunos empleados de Istilart se independizaron, fundando EIMA, y dando origen a una industria que revolucionó el manejo de las cosechas. Ya nos ocuparemos de eso.

Entre aquellos norteros que venían a la cosecha, había dos grupos principales; los que trabajaban en las chacras, que en su mayoría lo hacían año tras año a las mismas, y los que venían "a la bolsa"; de estos a su vez, habían dos grupos, los llamados "galponeros" (los que trabajaban en las cuadrillas de los galpones) y los "pistines", que trabajaban cargando los camiones.

Los pistines eran generalmente dos por camion, o a veces tres. Dos que hombreaban las bolsas hasta el camion, y a veces el mismo camionero era el que iba acomodando la carga, o un tercer pistin que hacía este trabajo. Como de la rapidez de los pistines dependía el ganar tiempo para hacer otro viaje o quedar mejor ubicado para la descarga al día siguiente, y volver a salir al campo, los camioneros tambien tenían sus pistines estables, y competían para tener los mejores y mas diligentes.

Los camiones locales, en cosecha no daban abasto a los requerimientos, por lo que tal como hoy en día los contratistas, venían de norte a sur, siguiendo el ciclo de maduracion del trigo. Así llegaban al Pago Mayolero, camioneros de distintos lugares de la provincia, que tambien se sumaban a la poblacion temporaria de nuestro pueblo. Varios de ellos formaron aqui sus familias, casandose con chicas del pueblo, transformandose ellos en Mayoleros adoptivos. Jose (Pepe) Zubiri, un pequeño empresario del transporte, (dos camioncitos Ford '37 y '38) de Colon (Provincia de Buenos Aires) con quien llegaron de choferes Don Angel Casco, Antonio (el Gallego) Actis, Julio Camino. Pepe Zubiri año tras año perdía un chofer por casamiento, y el tambien siguió el mismo camino. ¡Si hasta Moraburu que junto a Corbalan habían sido los ultimos carreros, se compró un viejo camioncito International, y se prendió a la modernidad!  (Hay una anécdota que dejó una frase incorporada al dialecto Mayolero: "¿Que ves Pipe?", que algun dia contaré mas en detalle.

La Cooperativa compró dos camiones nuevos Ford '46, cuyos choferes fueron Marciano T. Avinceta (el Negro), cuyo padre Don Marciano había llegado a Mayol como carrero, y Antonio Actis. Mario y Osmar Cabane (luego Mario solo), los hermanos Doglioli, (Anibal (Chiquito) y el Ñato, camioneros locales, a los que se le sumaron los hermanos Porfilio (Obdulio, Benjamin y Omar) Laurelindo Cipriano Acuña (a) El Matador (tenía un camion ACLO Matador de ahi el apodo), y algun otro que escapa a mi memoria fueron por años los que transitaron junto a sus pistines, aquella huellita que allá por los años '30 abriera el "Tragabolsas" Don Francico Muñiz.

No exento de roces, rivalidades (Ford-Chevrolet) y competencias, había que encarar un ordenamiento de la actividad, y aparecieron pioneros de la representacion empresaria como Eliodoro Carrera, uno de los fundadores de la actual CATAC (Confederacion Argentina de Transporte de Carga) cuyo representante en Mayol era José "Pepe" Zubiri. Esta organizacion es la que hoy dia establece y fija el valor de los fletes en discusión con los dadores de carga.

Sobre el fin de la década del '50 se empezó a difundir el granel, y ya nada volvió a ser como antes. El trabajo en las chacras redujo su personal, bolseros y pistines fueron cada vez menos, y solo unos muy pocos pasaron a reconvertirse en "paleros" o sea los que paleaban el cereal en las cajas cerradas de los camiones. En el lapso de 25 a 30 años todo cambió.

Tambien algunos de aquellos norteros se aquerenciaron al pago Mayolero, el "Chango" Gabriel Arcángel Melián, "Patoruzito" Olivera, Humberto Salvatierra, "Tilingo" Alvarez algunos de los que recuerdo.

Las "ranchadas" fueron raleando, y de ellas hoy solo queda el recuerdo de los viejos Mayoleros, y algunas ruinas.

Y aquellos heroicos camioneros tambien pasaron a nuestro recuerdo, por eso es que he tratado de rescatarlos para la historia del Pago Mayolero.

Antonio (el Mayolero)

sábado, 24 de febrero de 2018

Aquellas cosechas de antes (Tercera parte, Los Camioneros)

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Camion Ford "T"
En un principio fueron los carreros los que llevaron la mayor parte de la tarea de llevar las bolsas de las chacras a Estación. Esos fletes se hacían con cargo al productor, de ahi que se encontraran las expresiones, "sano, seco, limpio, de calidad de recibo, puesto a culata de carro en estación XXX" en los contratos de arrendamiento a porcentaje (aparcería) o en la papelería respaldatoria de las ventas de cereal.

Esa expresión "a culata de carro" establecía una especie de frontera: hasta allí el flete y movimiento de bolsas era a cargo del productor, una vez que se trasponía esa "frontera" o sea cuando la bolsa era tomada por uno de los hombres de la cuadrilla, ya corría por cuenta del comprador ese trabajo.

Alla por 1946/47 los históricos carros y sus caballadas desparecieron. Yo alcancé, siendo muy chico, pero no tanto para no recordarlo, a ver el carro de Corbalán, que junto a Moraburu fueron los últimos en trajinar los caminos del Pago Mayolero. Tambien no hace muchos años, "Toto" García nos contaba de su padre carrero en Ochandio. La vida de los carros se prolongó a raíz de la escasez de gomas durante la 2° Guerra Mundial  para los camiones que venían abriéndose cancha desde fines de la década de los '20.

Así como Moraburu y Corbalán fueron los últimos carreros, el primer camionero del Pago Mayolero, fué Don Francisco Muñiz, que con un camioncito Ford "T", empezó a competir en el negocio del transporte de chacra a galpones. (En algún momento trataré un poco de la historia de esta familia de Asturianos, tan insertada en la historia de nuestro querido pueblo. Merecen un capítulo propio; se lo ganaron con su fuerza, su ingenio y su trabajo.)

Pero volvamos a Don Francisco y su Forcito "T"; si bien su capacidad de carga era apenas de la mitad de aquellos carros que cargaban 100 bolsas (unos 6.000K) el forcito solo llevaba 45/50 bolsas, pero los superaba en velocidad de rotación, ya que con la ayuda de sus hijos, que hacían de bolseros, hacía dos viajes por la mañana y otros dos por la tarde, cuando los carros solo podían hacer un viaje al dia.

Así el negocio del transporte se motorizó en el Pago Mayolero y Don Francisco se ganó el sobrenombre de "el tragabolsas". Un tiempo despues, al aparecer en el mercado automotor el Ford "A" que tambien tenía su version camión, Don Francisco compró uno y con la colaboración de sus hermanos José (a) Pepín (el padre de Hugo Muñiz, tambien un pionero ya que fue el primer maquinista que tuvo la motoniveladora de la Sociedad de Fomento) un exquisito artesano de la herrería y Joaquín (a) Joaco, carpintero de obra, a quien se le deben muchos de los galpones de las viejas chacras del pago, transformaron el chassis del forcito "T" en acoplado, que enganchado al camioncito Ford A incrementó la capacidad de la PyME de Don Francisco.

De allí en adelante la expansión del trasporte automotor de las cosechas tuvo un crecimiento exponencial, como dije solo ralentada por la escasez de neumáticos en tiempos de la Guerra (1939/1945) Ya en 1946, al normalizarse la importación de este insumo básico, dio el tiro de gracia a los enormes carros y sus caballadas.

Para eso, la aparición del motor V8, de Ford a mediados de la década del '30, y los 6 cilindros del Chevrolet (de 1928 en adelante) pusieron en el mercado camiones de mayor capacidad que junto a los International coparon el transporte de las cosechas de chacra a estación. Desde ahi en adelante, hasta fines de los años '40 en que se pavimentó la Ruta 228 hasta Necochea/Quequen, el resto del viaje de la cosecha quedaba en manos del ferrocarril, hasta que a fines de los '50 el granel vino a cambiar las reglas de juego del transporte.

Esto se pone medio largo, asi que mañana o pasado la seguiremos, ya que la cosa da para mas y hasta acá solo estamos en el principio.

Antonio (el Mayolero)


jueves, 22 de febrero de 2018

Aquellas cosechas de antes (Segunda parte, la "Ranchada")

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Típica estiba de Estación cuando se colmaban los galpones.
Ya contamos en el posteo anterior como era la cosecha en el campo, es decir en las chacras. Dijimos que las bolsas quedaban en el campo en el "Pilote Trilladora". Ahi terminaba la función de los norteros que habían venido a la cosecha. Ahora veremos lo que era la cosecha en el pueblo mismo.

Como dijimos llegaban y eran muchos. Y no todos iban al campo, muchos quedaban en el pueblo integrando las cuadrillas que trabajaban en los galpones, o en los camiones que iban a cargar a las chacras.

¿Y como y donde se acomodaba tanta gente? En la "ranchada" término heredado de los viejos crotos.  La Cooperativa y la Casa Tavelli, tenían trabajo abundante, y ambas trataban de acomodar a sus trabajadores temporarios en alguna instalación.

A media cuadra del club, lindante con lo que fue la estacion de Servicio de Cappi, (luego herrería del Cholo Escujuri), donde hoy vive el amigo Lanza, había una construcción ya desaparecida, que había sido Taller Mecánico de la familia Stéfano, y vivienda. Allí funcionaba la "Ranchada de la Cooperativa" donde la cuadrilla, cuyo capataz era Juan Valdes (a) "Pata e' bolsa" acampaba. Tenían un cocinero, que por lo general era algún viejo bolsero que ya no le daba el cuerpo para el trabajo fuerte, y allí hacían un pozo común con el que este hacía las compras, y preparaba las comidas.

Del otro lado de la Estación, entre la Casa Tavelli a media distancia de ésta y la barraca de la Cooperativa estaba "La Ranchada de Masferrer" de la que aún quedan algunas ruinas. Este lugar había sido mandado construir por el Dr. Masferrer, ya que a pocos metros estaba el galpón donde recibía los porcentajes de arrendamiento de sus campos. Detras de este lugar estaba el Horno de Ladrillos de Moreno. Era una edificacion como tantas salidas del tablero de dibujo del Ing. Dn. Jorge Mayol con buenas comodidades para albergar una cuadrilla numerosa. Ya olvidado el nombre de "La Ranchada de Masferrer" había pasado a ser "La Ranchada de Tavelli" cuyo capataz era Don Amancio Ramirez.

Carlos Burgos y su esposa Doña Fina, tambien habilitaban un galpon de su propiedad, que anteriormente había sido el primer Taller Mecánico de Daniel Cappi, donde se armaba otra "Ranchada" principalmente habitada por los bolseros que trabajaban en los camiones, que iban a cargar a los campos.

Esta concentración de hombres jóvenes, de trabajo rudo tambien acarreaban algunos problemas de convivencia, generalmente debidos a algunas copas de mas, asunto del que se hacía cargo el Destacamento Policial, al que generalmente para esta épocas era reforzado con un par de efectivos mas.

La Panadería de Cubitto hacía dos horneadas diarias. Había dos Carnicerías que faenaban un animal por día cada una y desde allá, mas al fondo del pueblo, la familia Di Martino proveía la verdura.

Despues estaban los camioneros, pero eso es otra parte que después les contaré.

Del trabajo de los bolseros en los galpones, ya me ocupé en el posteo anterior.


Antonio (el Mayolero)

lunes, 19 de febrero de 2018

Aquellas cosechas de antes....

Imagen relacionadaLos golondrinas del norte: A principios de diciembre empezaban a llegar. Venían desde lejos, desde Santiago del Estero muchos, otros tantos de Santa Fe, otros de Córdoba. Herederos de la tradicion de los "crotos", trajinando trenes cargueros, muchos de ellos por el viejo Rosario-Puerto Belgrano hasta Bajo Hondo, donde éste se cruzaba con el FCS, luego Roca, por el que se iban desparramando por las estaciones, a ofrecer su único capital, sus brazos.

Venían a la cosecha, cuando la cosecha significaba trabajo para muchos. Téngase en cuenta que aquellas viejas cosechadoras llevaban manejante, enganchador y cosedor. Las bolsas quedaban en el rastrojo, y allí entraba en escena otro equipo, los bolseros de chacra. Chatero y dos bolseros, que levantaban las bolsas y las llevaban al galpón de la chacra, o al "pilote trilladora" (Estiba triangular, con una base de 10 bolsas) a campo, siempre a la par de terreno firme para que aquellos camioncitos de entonces cargaran y llevaran a estación.

Si usted lleva la cuenta, ya hemos computado seis, y en una sola chacra. Seis hombres jovenes, fuertes, haciendo trabajos pesados al rayo del sol. ¡Había que darles de comer!! Que no era un trabajo menor. Los bolseros, ataban la chata con las primeras luces del alba, y salían al rastrojo "con la fresca" trabajando hasta las 11, en que paraban hasta las 16, para evitar la hora de mas calor. A eso de las 8.00 lo que se le llamaba "el almuerzo chico". Habían arrancado con unos mates a las 5.00, por lo que a las 8, ya necesitaban "combustible" (asado frio que había quedado de la noche anterior, alguna suculenta tortilla, mate cocido, y la infaltable galleta de campo. Los bolseros arrancaban por la tarde despues del mate cocido, hasta que la noche les impedía seguir con su trabajo

Los de la cosechadora habían arrancado un poco mas tarde, pero había que engrasar, cargar combustible, preparar bolsas vacías, las madejas de hilo para el cosedor, por lo que a esa hora tambien desayunaban. Ellos, al contrario de los bolseros, solo pararían para comer al mediodía, recargar combustible, bolsas e hilo, y otra vez al corte.... A eso de las 5 el mate cocido que se llevaba al corte. y a seguir hasta que la noche caía.

La Cocina: Todo lo anteriormente descripto tenía un componente fundamental, que era la cocina. Salvo en algunas chacras medio grandes, donde habían dos cosechadoras, solía haber un cocinero/a que se encargaba de esto. Pero en general este trabajo recaía en la esposa del chacarero. ¡¡Y había que hamacarse frente a la cocina de leña, para abastecer ese batallón, al que se debe agregar los propios integrantes de la familia, que si bien colaboraban/abamos en las tareas que estaban a nuestro alcance, lo hacíamos bajo una direccion general. Poner la mesa para la gente, juntar los huevos, levantar los platos y tazas luego de los almuerzos, mate cocido y cena, y un par de cosas fundamentales; vigilar que no hubiera algun fuego, y mantener abastecidas las damajuanas convenientemente forradas con arpillera con agua fresca del molino, para llevar a la cosechadora y a los bolseros. Además al atardecer regar la quinta...

El menú: Era igual para toda la familia y trabajadores, pucheros, guisos, estofados, asados por la noche, y por ahi los bolseros aportaban algun peludo que encontraban distraído en el rastrojo, que por lo general, aparecía en el "almuerzo chico" de la mañana.

La Carne: Ovejas había, y donde ovejas hay corderos nacen. Un tiempo antes de la cosecha ya se había apartado un lotecito de capones de unos 40 kilos para el "consumo". Pero, había que carnear, cosa que se hacía como mínimo dia por medio. Cada capón daba dos costillares con paleta, que al asador o al horno salían, el espinazo, para puchero y estofado, de los cuartos, la carne para los guisos de arroz o fideos, los huesos de los cuartos que siempre conservaban algo de carne, mas las achuras destinados al "almuerzo chico".

Los "vicios". Los cigarrillos y el vino; eran provistos por el chacarero con cargo a cada uno de los trabajadores. Se llevaba un cuaderno donde se iba anotando lo que se entregaba a cada uno de ellos. La regla de la chacra no admitía mas de un litro de vino diario, Y cada uno de ellos identificaba su botella con una marca a los efectos de evitar avivadas de algun compañero....

Esto es una parte de lo que aquello significaba para la familia chacarera de mi niñez en el Pago Mayolero. Donde desde chiquitos ibamos asimilando la cultura del chacarero.


Antonio (el Mayolero)

Dedicado con todo respeto a las compañeras de AMRAF (Asociacion de Mujeres Rurales por la Agricultura Familiar). Y a la querida memoria de Emilia, mi madre y Matilde, mi suegra, que trajinaron frente a las cocinas de leña en pleno verano....