sábado, 24 de febrero de 2018

Aquellas cosechas de antes (Tercera parte, Los Camioneros)

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Camion Ford "T"
En un principio fueron los carreros los que llevaron la mayor parte de la tarea de llevar las bolsas de las chacras a Estación. Esos fletes se hacían con cargo al productor, de ahi que se encontraran las expresiones, "sano, seco, limpio, de calidad de recibo, puesto a culata de carro en estación XXX" en los contratos de arrendamiento a porcentaje (aparcería) o en la papelería respaldatoria de las ventas de cereal.

Esa expresión "a culata de carro" establecía una especie de frontera: hasta allí el flete y movimiento de bolsas era a cargo del productor, una vez que se trasponía esa "frontera" o sea cuando la bolsa era tomada por uno de los hombres de la cuadrilla, ya corría por cuenta del comprador ese trabajo.

Alla por 1946/47 los históricos carros y sus caballadas desparecieron. Yo alcancé, siendo muy chico, pero no tanto para no recordarlo, a ver el carro de Corbalán, que junto a Moraburu fueron los últimos en trajinar los caminos del Pago Mayolero. Tambien no hace muchos años, "Toto" García nos contaba de su padre carrero en Ochandio. La vida de los carros se prolongó a raíz de la escasez de gomas durante la 2° Guerra Mundial  para los camiones que venían abriéndose cancha desde fines de la década de los '20.

Así como Moraburu y Corbalán fueron los últimos carreros, el primer camionero del Pago Mayolero, fué Don Francisco Muñiz, que con un camioncito Ford "T", empezó a competir en el negocio del transporte de chacra a galpones. (En algún momento trataré un poco de la historia de esta familia de Asturianos, tan insertada en la historia de nuestro querido pueblo. Merecen un capítulo propio; se lo ganaron con su fuerza, su ingenio y su trabajo.)

Pero volvamos a Don Francisco y su Forcito "T"; si bien su capacidad de carga era apenas de la mitad de aquellos carros que cargaban 100 bolsas (unos 6.000K) el forcito solo llevaba 45/50 bolsas, pero los superaba en velocidad de rotación, ya que con la ayuda de sus hijos, que hacían de bolseros, hacía dos viajes por la mañana y otros dos por la tarde, cuando los carros solo podían hacer un viaje al dia.

Así el negocio del transporte se motorizó en el Pago Mayolero y Don Francisco se ganó el sobrenombre de "el tragabolsas". Un tiempo despues, al aparecer en el mercado automotor el Ford "A" que tambien tenía su version camión, Don Francisco compró uno y con la colaboración de sus hermanos José (a) Pepín (el padre de Hugo Muñiz, tambien un pionero ya que fue el primer maquinista que tuvo la motoniveladora de la Sociedad de Fomento) un exquisito artesano de la herrería y Joaquín (a) Joaco, carpintero de obra, a quien se le deben muchos de los galpones de las viejas chacras del pago, transformaron el chassis del forcito "T" en acoplado, que enganchado al camioncito Ford A incrementó la capacidad de la PyME de Don Francisco.

De allí en adelante la expansión del trasporte automotor de las cosechas tuvo un crecimiento exponencial, como dije solo ralentada por la escasez de neumáticos en tiempos de la Guerra (1939/1945) Ya en 1946, al normalizarse la importación de este insumo básico, dio el tiro de gracia a los enormes carros y sus caballadas.

Para eso, la aparición del motor V8, de Ford a mediados de la década del '30, y los 6 cilindros del Chevrolet (de 1928 en adelante) pusieron en el mercado camiones de mayor capacidad que junto a los International coparon el transporte de las cosechas de chacra a estación. Desde ahi en adelante, hasta fines de los años '40 en que se pavimentó la Ruta 228 hasta Necochea/Quequen, el resto del viaje de la cosecha quedaba en manos del ferrocarril, hasta que a fines de los '50 el granel vino a cambiar las reglas de juego del transporte.

Esto se pone medio largo, asi que mañana o pasado la seguiremos, ya que la cosa da para mas y hasta acá solo estamos en el principio.

Antonio (el Mayolero)


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