"El Molino" (Rubén Muñoz Abril) |
Borrón y cuenta nueva, a los precios estipulados en los contratos anteriores. Seis meses antes de cumplirse los tres años, se enviaba al propietario telegrama colacionado de opción de prórroga por dos años mas. Al vencerse este plazo en 1953, la ley fue repetida, por lo que de hecho, los contratos se prolongaron hasta 1958.
El peronismo no encaró el asunto en forma directa, o sea jamás habló de "Reforma Agraria". Si del postulado Yrigoyeniano de que "La tierra debe ser para el que la trabaja".
En el ADN de los arrendatarios estaba el sueño no cumplido de los abuelos que habían venido de Europa "porque aqui lo que sobraba era tierra para trabajar" y se habían encontrado con que había que trabajar la tierra pero para otros.
Ya Bernardino Rivadavia en 1821 había congelado la división de las tierras del Sur de la Provincia al colocarlas como garantía del empréstito famoso que tomó con la Baring Brothers. Al mismo tiempo, sacó la ley de enfiteusis, que las repartía pero en alquiler. Estas tierras fueron cuidadosamente relevadas por Darwin y otros viajeros Ingleses, y de ahí el imperio Británico, contando con esa información se había asegurado que esas tierras quedaran "congeladas" hasta tanto se pudieran asegurar en estos lares una clase dirigente que las pusiera a producir lo que ellos necesitaran "Para mayor provecho de los Subditos de S.M.". Ellos ya habían visto despues de la rendición de Whitelocke, que los habitantes del Rio de la Plata eran medio mal arreados y no aceptaban facilmente invasiones, pero también vieron que había habitantes de estas tierras que se vendían fácilmente al mejor postor,
Así, luego del derrocamiento de Rosas por parte de Urquiza y sus tropas de mercenarios brasileños pagados por le Embajada Inglesa en Rio de Janeiro y ya con la Revolución Industrial en marcha, ayudaron, mediante la conquista del "Desierto" a resetear nuestro pais. (el desarrollo de esto lo encontrara acá bajo el titulo de "Posteos de Semana Santa").
Y el reparto se hizo entre "los amigos el poder". En primera línea, los Socios de la Sociedad Rural Argentina, que se cobraron muy bien las caballadas con que proveyeron al Ejército del Gral. Roca. Y todo mas o menos así.
Como dije, el peronismo no encaró la cosa de frente, sino que adoptó una táctica de "desgaste" (Peron era General, nunca hay que olvidar ese detalle). Al congelar los arrendamientos, y prorrogar los contratos comenzó a embretar a los terratenientes hacia una salida; fraccionar y vender. Por otra parte, la apropiacion de la plusvalía de las exportaciones por parte del IAPI, junto a la nacionalización de los depósitos bancarios y el Banco Central, permitieron al Estado "fondear" los Bancos (oficiales y privados) para promover líneas de crédito a largo plazo con intereses muy accesibles para que los chacareros pudieran comprar su tierra.
Tambien se encararon expropiaciones por parte del Instituto Nacional de Colonización y sus réplicas Provinciales. Estas expropiaciones se apuntaron a campos cuyos propietarios no residían en el país (algunos jamás habian estado en la Argentina ni de turismo), extensiones de tierra importantes que habian sido vendidas en remates realizados en Europa, post conquista del Desierto. Un caso es la Colonia "La Suiza" en Napaleofú cuyos propietarios residían en Suiza, y arrendaban el campo entero a la firma "Luis Magnasco" que a su vez sub-arrendaba a tamberos. (Magnasco producía en Tandil el queso Chubut, hasta hace pocos años, hasta que el marido de una de los descendientes del Magnasco original, vendió todo, cerró la fábrica, se asoció con Mastellone en "La Serenisima" y le provee leche de sus tambos en Carlos Casares; Hugo Biolcatti se llama el mozo).
Asi que habíamos quedado en que con mayor o menor exteriorizacion, el sueño de los abuelos seguía latiendo en el corazón de los chacareros arrendatarios, y este tipo de políticas nacionales les "soplaba las brasitas" de la esperanza en que con el correr del tiempo, podrían llegar a la meta. Los que eran Peronistas, por eso, y los que no lo eran, por Radicales, el Programa de Avellaneda del Radicalismo del año 1949 incluia este tipo de políticas, con lo que en ese sentido todos remaban para el mismo lado.
La estabilización de los arrendamientos redundó inmediatamente en una serie de inversiones que los arrendatarios encararon. Alambrados, aguadas, mejoras en las viviendas, y unos años mas adelante la construcción de silos chacra (la gran mayoría metálicos, pero algunos de hormigón),, que quedaban amparados ya definitivamente por la citada ley en calidad de "mejoras" y que por lo tanto debían ser indemnizados por el propietario en caso de extinción del contrato mostraban la voluntad del chacarero de arraigarse a esa tierra.
Hasta que llegó la Revolución Libertadora. Pero eso se lo cuento otro dia.
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